El ministerio de Pettovello no paga la asignación para los adolescentes sin familias

Para Capital Humano los últimos son los pibes

Se trata de jóvenes de hogares convivenciales, sin padres ni madres, que al egresar de allí por haber cumplido 18 años, deben cobrar por ley una beca mínima destinada a alojamiento, comprar alimentos, sostener sus estudios o buscar un trabajo. Miles de chicos dependen de ella para poder subsistir.

Por Dolores Curia
Por Dolores Curia

El Ministerio de Capital Humano ha tomado la decisión de quitarles a los adolescentes sin familia, el equivalente a menos de un salario mínimo que cobran y suelen usar para pagar un cuarto de hotel, comprar alimentos, sostener sus estudios o buscar un trabajo. Lo reciben desde que dejan las instituciones en las que viven al cumplir 18 años, como un modesto salvavidas. 

Cuesta pensar en algo más cruel. Como en un experimento en el que se van probando dosis de sufrimiento sobre los más vulnerables y se mide a ver “hasta dónde aguantan”. Como fue el caso de dejar que los pacientes oncológicos mueran esperando su medicación. 

Esto vienen denunciando trabajadores de organismos de infancia de todo el país y organizaciones sociales. Desde principios de año le exigen a la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia que cumpla la ley que obliga al Estado a sostener el (Programa de Acompañamiento al Egreso) P.A.E., una política creada para aliviar a ese sector de la sociedad tan vulnerable. Alrededor de 3.500 chicos y chicas sin cuidados parentales de todo el país dependen de esta asignación con la que hoy el Ministerio de Capital Humano no está cumpliendo.

Buenos Aires perjudica a 1433 jóvenes y adolescentes. 

Si se contabiliza el equivale al 80 por ciento del Salario Mínimo Vital y Móvil de abril y el de mayo --multiplicado por la cantidad de chicos que lo necesitan-- para la provincia de Buenos Aires la deuda que el gobierno nacional acumula apenas supera los 500 millones de pesos, un número insignificante en términos presupuestarios, que deja en evidencia el trasfondo ideológico del asunto.

“Estamos reforzando con recursos propios, con alimentos y productos de higiene, para ir paliando un poco. Pero es insostenible. Nunca desde que este programa existe, es decir, desde 2017, había habido atrasos en los cobros”, aseguran desde uno de los organismos provinciales que trabajan con los chicos.

Fuente: página 12

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