Plan "motosierra": ni con el privatizador Dromi, LLA sabe cómo reducir el Estado
Una entrevista en televisión derivó en performance teatral. Javier Milei, parado frente a una pizarra, gritaba “¡afuera!” cada vez que nombraba un ministerio que en su Gobierno él cerraría. Esa puesta en escena primero se viralizó y luego se convirtió en un meme. Habían pasado dos días -nada más- de las PASO, elección en la que La Libertad Avanza obtuvo un resultado bueno pero sobre todo inesperado: 29,86%. Lo cierto es que, a quince días del balotaje, el equipo técnico de LLA abocado a “reducir el Estado”, una de las principales promesas de campaña de Milei, no le encuentra la vuelta al ajuste. Más simple: no saben dónde meter la motosierra.
“No hay un plan, hay un discurso”, afirmaron en el entorno de Roberto Dromi ante la consulta de elDiarioAR. A Dromi se lo conoce como “el padre de las privatizaciones”: fue el ministro de Obras y Servicios Públicos de Carlos Menem. En aquella época solía usar una remera con una estampa que decía “I love privatizaciones”. En su gestión, entregó a concesionarias privadas 10 mil kilómetros de rutas, la línea de tren Urquiza, y el ramal Rosario - Puerto Belgrano. Vendió áreas centrales de YPF. Privatizó Aerolíneas Argentinas y Entel. Ideó aquel plan en 1988. Lo ejecutó hasta 1991, cuando lo desplazaron.
Dromi declaró en 1990: “La vida de un funcionario público es tremenda. Yo no sé qué ventaja le encontramos”. Algo debe haber porque, ahora, a los 78 años, colabora con LLA como “consejero”, esto es, ofrece asesoramiento aunque no en un proyecto integral de reforma del Estado, emblema de campaña de LLA. De hecho, en el entorno de Dromi aseguraron a elDiarioAR que ese proyecto no existe porque nadie se sentó a escribirlo aún. “Es un trabajo de laboratorio”, dijeron en el entorno del padre de las privatizaciones a este medio.
Dromi había sido tanteado por LLA, como anticipó elDiarioAR. Finalmente, fue convocado para trabajar para LLA por su histórico amigo y ex integrante del Gabinete menemista Roque Fernández, quien le solicitó al padre de las privatizaciones que revise las ideas del mileísmo y aporte su mirada jurídica para que sean viables en “el mundo real”. Dromi se topó con varios problemas: Milei no tiene un programa de reforma del Estado ni tiempo para diseñarlo. Tampoco tiene conocimiento sobre el Estado, es decir, sobre lo qué quiere reformar.
Hasta el momento, Dromi colabora con los libertarios leyendo los papers que le entrega Roque Fernández, también ex funcionario menemista, ex ministro de Economía de la Nación y ex presidente del Banco Central, la misma entidad que Milei pretende “eliminar”. Las reuniones son en la casa de Fernández o en la sede de la Universidad del CEMA. Le preguntan qué opina, qué dejaría, qué sacaría. Para ellos, Dromi es una referencia importante: uno de los abogados administrativistas más respetados del país por sus conocimientos en el funcionamiento del Estado, la creación de regulaciones, sus límites y leyes.
También es observado por el efecto de las privatizaciones en la historia reciente del país: desguace y negociados. Desde hace años, Dromi lidera un bufete que lleva su nombre y actúa como consultora jurídica especializada en Derecho Administrativo y de las regulaciones. Puede estar de los dos lados del mostrador. Asesoraba al entonces ministro Julio De Vido en materia de energía y representaba a las empresas del sector al mismo tiempo. Quedó involucrado en escándalos de presunta corrupción de la gestión de De Vido pero siempre que lo citó la Justicia fue como testigo. En Comodoro Py no hay quien lo toque. Dromi es poder, contactos de alto nivel y negocios, pasen los años que pasen.
Si hay un emblema admirado por “la casta política” y apelado por la “casta empresarial”, ese es Dromi. Entre los políticos y empresarios tradicionales es “palabra mayor”. En abril de 2000, el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, casó a su hija. Fue una boda de otoño y de mediodía, que terminó con una fiesta para 400 invitados en el Marriot. Tocó la Filarmónica del Teatro Colón. Sirvieron suprema de pollo rellena con espinaca y queso, plato que degustaron, por ejemplo, el militar Martín Balza; el empresario y ex ministro del Interior, José Luis Manzano; el juez Adolfo Bagnasco, varios Menem y varios famosos de la tele.
Veintitrés años después, Dromi quiere volver a sentarse en la mesa de las decisiones. Pero por lo pronto, sólo vio ideas sueltas: la privatización en el área energética, el regreso de las AFJP, la idea de privatizar el servicio de agua... El problema para Dromi es que “aún no ha visto un plan integral de reforma del Estado que permita sancionar una ley de privatizaciones”. Afirman desde su entorno: “No hay un plan, hay un discurso”. Insisten a elDiarioAR: “No hay una mirada general de la reforma del Estado, hay bocetos. Todo funciona a un pulso espasmódico, con mucha improvisación”.
El 3 de agosto, Javier Milei y Victoria Villarruel, presentaron su plan de Gobierno. Lo hicieron vía YouTube, diez días antes de las PASO. De asumir la Presidencia, Milei eliminará todos los ministerios salvo el de Economía, Justicia, Interior, Seguridad, Defensa, Relaciones Exteriores, “Infraestructura” (en referencia al de Obras Públicas). La “gran innovación” es la creación del ministerio de “Capital Humano”. El Ministerio de Capital Humano sería la suma de los actuales ministerios de Salud, Desarrollo Social, Trabajo y Educación, que pasarían a rango de menores a una secretaría.
¿Habrá despidos masivos? “Este proceso implica necesariamente que muchos empleados públicos quedarán sin funciones debido al cierre de ministerios, organismos, direcciones, secretarías, etc. (sic)”, dice el plan. En el punto que sigue hay algo de alivio: “No vamos a echar a ningún empleado de carrera del Estado, serán reasignados a áreas donde sí sean necesarios”. Pero se termina rápido en el punto siguiente: “Lo que sí vamos a hacer es echar a todos los cargos políticos y nombramientos que se hayan realizado durante el año 2023”.
Dromi trata de hacer docencia con los libertarios. Nunca se reunió con el candidato ni con Karina Milei, El Jefe, pero sí mantuvo varios encuentros con el equipo de consulta del candidato que integran los exCEMA, les dio sus libros y algunas de sus enseñanzas tras el paso por el gobierno de Menem: “Reformar al Estado no es sólo achicarlo, necesitan un plan, un marco jurídico, hay que escribir mucho”.
Los libertarios insisten en que cuentan con “un paquete de reforma económica y remodelación del Estado para achicarlo”. Los ministerios se achican, pero esto es mucho más profundo: deben tercerizar sus funciones o “enajenar” sus competencias, trató de comunicarles Dromi. Les dio algunos consejos: primero, definan qué perímetro de competencias le van a delegar al sector privado (agua, energía, transporte, jubilaciones). Les sugirió, también, pensar un modelo de participación público-privada, empresas mixtas y con participación de los sindicatos en representación de los trabajadores. Lo mismo que hizo el padre de las privatizaciones en los noventa.
“Pueden privatizar una parte de YPF pero no pueden privatizar Vaca Muerta porque pertenece a Neuquén”, explican cerca de Dromi. También les contó que en 1989, el Estado tenía electricidad, agua, telefonía, YPF y Gas Natural, y que actualmente, ese universo está reducido básicamente a Aysa, una parte de YPF y Enarsa. Para Dromi a La Libertad Avanza le falta algo que es fundamental para “reducir el Estado al mínimo”, tal como prometieron a sus votantes: un proyecto único e integral -no por sectores- que debe ser aprobado por el Congreso, como lo hizo Menem. “Ese proyecto no existe hasta el momento”, explicaron cerca de Dromi a elDiarioAR.
Y algo más, a LLA le falta algo más. Tiempo y consenso: no lo han conseguido todavía. Tiempo para lograr una estrategia sólida. Y consenso con otras fuerzas políticas para que la reforma avance en el Congreso. Cuando Alfonsín decidió entregar el poder de manera anticipada, Menem y él se sentaron a acordar las condiciones. Una de las condiciones de Menem fue negociar el apoyo de los radicales a las privatizaciones y la reforma del Estado. Dromi se reunía por la noche con uno de los delegados de la UCR en la negociación. Fernando de la Rúa, quien sabía mucho de derecho procesal, también negoció las condiciones de esa transformación. Ah, de la Rúa faltó al casamiento de la hija de Dromi, pero mandó una bandeja de plata a los novios. Faltan quince días para el balotaje.
ED/VDM/DTC
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