La chica se está muriendo y nadie la ayuda. Se nota el esfuerzo que hace para sostenerse en pie, hasta que cae desplomada. La desesperación en su rostro es evidente, como que sabe que la vida se escurre con la sangre que brota de su cuerpo.
Los vecinos filman la secuencia y acusan a la Policía. Los policías tampoco la asisten, indiferentes a la tragedia.
Duelen las imágenes del hecho registrado esta mañana en la fronteriza localidad de Bernardo de Irigoyen. Vanessa de Oliveira Da Silva era brasileña y tenía apenas 19 años, era adicta y falleció a causa de disparos de un arma policial.
Ahora se investiga si fueron balas de goma o de una pistola 9 milímetros. Hay tres policías detenidos.
Interviene el Juzgado de Instrucción Uno de San Pedro y se adelantó que la investigación quedará a cargo de Gendarmería Nacional.
Ante la gravedad del caso, la Jefatura de la Policía de Misiones argumentó que la chica era cómplice de un delincuente que se resistió al arresto. Dicen que la víctima se ocultó debajo de un piso de madera y, en el forcejeo entre el sospechoso y un policía, recibió un disparo en el pómulo.
También se informó que Vanessa tenía tobillera electrónica por su presunta vinculación con una organización narcocriminal.
Contrario a ello, lo concreto es que la causa por la que tenía la tobillera era por hurto. Nada que ver con los narcos, como quiere instalar la Policía de Misiones para justificar el asesinato.
Se presume que la chica fue a comprar droga al lugar y quedó en medio del operativo que le costó la vida.
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